Consejo número uno: Programar el tiempo para pensar

La semana pasada compartí con ustedes mi largo camino sufriendo de ansiedad. Describí la ansiedad de dos maneras: como el tigre en la habitación que nadie más puede ver y como la hermana infantil con la que tendré que lidiar por el resto de mi vida. También dije que, aunque soy dueño de mi propio tigre (no por elección personal), he aprendido a domesticarlo y, por lo general, se mantiene junto a mí en lugar de estar frente a mí.

Cuando tengo demasiado en mi cabeza, me siento abrumada y pienso demasiado. Tratar de escapar de mis pensamientos no ha funcionado muy bien, así que lo que encuentro realmente útil es «programar mi tiempo para pensar». Programamos muchas cosas durante el día de las que tenemos que ocuparnos, como hacer mandados, comer, hacer ejercicio, etc., pero rara vez programamos tiempo para que nuestras mentes piensen, analicen y resuelvan algunos de nuestros pensamientos que rumian todo el día, por lo contrario, los hacemos a un lado. Pero quién quiere lidiar con los sentimientos incómodos que trae el pensar ?(especialmente el pensamiento negativo).

La mayoría de las mañanas, salgo a caminar e intento conscientemente traer uno a uno todos mis pensamientos rumiantes a mi atención. Los escucho y los analizo tanto como sea posible. También scaneo mi cuerpo, mis reacciones al pensamiento y la emoción que generan estos. Luego me voy a casa y continúo con mi día. El resto del día, cuando mis pensamientos rumiantes intentan captar mi atención, los aparto ( con mucha compasion) y les hago saber que les daré tiempo mañana durante mi caminata.

Con mucha práctica, mi mente ha aprendido que pensar es una actividad programada para mis caminatas matutinas, y funciona … la mayoría de las veces.

Realmente creo que si negamos que nuestra mente haga algo que quiere hacer, comenzará a obsesionarse y querer hacerlo más. Por ejemplo, intenta no pensar en un elefante azul. ¿Ves? Sé que es lo primero que se te ocurrió cuando te dije que no lo hicieras. Dale a tu mente tiempo para pensar, explorar y mostrarle quién tiene el control. Comienza a domesticar a tu tigre 🙂

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